Enseñanzas de las elecciones presidenciales en Francia

Por Florent Marcellesi

Ya han caído los resultados oficiales de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia:

Hollande (PS): 28.56%
Sarkozy (UMP): 27.07%
Le Pen (Frente Nacional): 18.12%
Mélenchon (Frente de Izquierdas): 11.11%
Bayrou (centro): 9.11%
Joly (Europe Écologie Les Verts): 2.26%
Dupont Aignan (soberanista-liberal): 1.81%
Poutou (Nuevo Partido Anticapitalista): 1.16%
Arthaud (trotskista): 0.57%
Cheminade (no se puede catalogar): 0.25%

Tras largos meses de pre-campaña y campaña, me gustaría sacar algunas enseñanzas, no exhaustivas

1. La participación ha sido alta (y más alta que prevista hasta el momento), en torno a 80%, lo cual indica que estas elecciones han generado interés y que, a pesar de ser un reliquia del monarquismo transfigurado en república en busca de rey cada cinco años, siguen marcando y orientando fuertemente la vida social y política francesa. Después de cinco años marcados por políticas neoliberales, de regalos fiscales a las grandes fortunas, de una presidencia indecente del «hiperpresidente» Sarkozy, de renuncias constantes sobre la política medioambiental, esta alta participación ha aportado una victoria (esperada) para Hollande, el candidato social-demócrata, y una decepción (esperada) para Sarkozy el candidato del partido de derecha dominante e institucional.

2. Confirmando por desgracia el auge de las ideas xenófobas y del repliegue identitario en toda Europa (Finlandia, Holanda, etc.), la extrema derecha, encabezada por Marine Le Pen (hija del histórico líder Jean-Marie Le Pen), consigue su mejor resultado desde que se presenta en las elecciones presidenciales francesas. Es la enseñanza más cruda y dura de estos comicios. Por ejemplo, según un sondeo, el Frente Nacional se llevará casi un tercio del voto obrero (por delante de Hollande 27%, Sarkozy 18%, Mélenchon 12% et Bayrou 8%) mientras que, al mismo tiempo, también se llevaría la mayor intención de voto dentro de los jóvenes entre 18-24 años (mayoritariamente sin diploma o pocos estudios, aunque solo un 10% con estudios superiores) (1). Lo peor, seguramente, es que el discurso del Frente Nacional está calando en el conjunto de la sociedad y en otras formaciones políticas, empezando por la derecha tradicional en torno a Sarkozy, y condiciona la segunda vuelta y el debate de todo el panorama socio-político.

3. El resultado de Eva Joly, Europe Écologie-Les Verts, está por debajo de sus expectativas de los inicios de campaña (10%) y en la línea de los sondeos de este último mes. Confirma que la ecología ha sido la gran ausente de la campaña. Más allá de Europe Écologie-Les Verts (EELV) y de algunas declaraciones de Mélenchon (véase el post-scriptum abajo), ha habido poquísimo debate sobre esta temática. Todo se ha centrado en torno a la crisis financiera, la Unión Europa (para saber en qué medida tiene la culpa de los problemas actuales, pero pocas veces para ver en ella posibles soluciones), la seguridad ciudadana, la inmigración, las fronteras, etc. Al igual que lo vivimos en España para el 20-N, la crisis económica barre las preocupaciones ecologistas, lo cual es dramático, aún más teniendo en cuenta que el Club de Roma, 40 años después de su primer informe, confirma la validez de sus cálculos y la posibilidad real de colapso económico y poblacional en 2030. Un excelente programa político como el de Europe Écologie no significa excelentes resultados, ni mucho menos. Para entenderlo, es importante señalar que en Francia las elecciones presidenciales nunca han favorecido a los partidos verdes (que han oscilado entre 1.32% en 1974 y 5.5% en 2002) puesto que se trata de una elección que, como se suele decir allí, es el encuentro entre un «hombre» y el «pueblo» (utilizo hombre a sabiendas puesto que es una elección muy masculina). Esto significa que favorece los liderazgos personales muy fuertes y, como no, los populismos (sean de  izquierdas o derechas). Aunque no guste reconocerlo, Eva Joly no ha conectado emocionalmente con el electorado y su carácter «desfasado y diferente» que Europe Écologie veía como un plus se ha vuelto en su contra (ha recibido muchas acusaciones graves y mezquinas de falta de patriotismo y burlas por su acento noruego). Como concluye este artículo, el electorado pide y espera políticos no profesionales y distintos con el fin renovar el sistema político pero cuando llegan éstos les castiga duramente por no adecuarse a las reglas mediáticas y políticas hegemónicas.

Ahora bien, a pesar de este mal resultado y si el Partido Socialista francés respeta el acuerdo electoral y programático firmado con Europe Écologie, se podría dar la paradoja de que EELV tuviera grupo propio en la Asamblea Nacional (son necesarios unos 15 diputados/as, hoy EELV tiene 3), es decir tanto como el Frente de Izquierdas (que tiene unos cuantos parlamentarios gracias a la fuerte implantación en algunas partes del territorio francés del Partido comunista). Recordemos en Francia que los/as parlamentarios/as se eligen en un escrutinio mayoritario y uninominal de dos vueltas, que favorece aún más que en España el bipartidismo. A nivel práctico, en este marco institucional que refleja muy poco la diversidad que se expresa —los dos partidos mayoritarios sumaron en 2007 menos del 60% de los votos pero en la asamblea nacional se reparterion el 85%  de los escaños—, para EELV, conseguir grupo propio significa aliarse de una forma u otra con el Partido Socialista, lo cual abre por supuesto muchos debates internos y estratégicos muy duros (la clásica tensión diálectica entre reformismo y radicalismo).

4. El Frente de Izquierdas, y su candidato estrella Jean-Luc Mélenchon, están por encima de sus expectativas de los inicios de la campaña (5%) pero por debajo de lo que dejaba entrever estos últimos meses (hasta 16-17%). Como lo reconocen ellos mismos, no han alcanzado su objetivo de superar al Frente Nacional (están casi 7% por debajo) y lo que iba a resultar un resultado bueno se convierte de forma paradójica en los comentarios políticos como una decepción (incluso para el propio Frente de Izquierdas). Sin duda, gran parte del buen resultado del Frente de Izquierdas se debe a su cabeza de lista, Mélenchon, prototipo jacobino y republicano del ecosistema político francés. Su buena dosis de populismo y sus capacidades impresionantes de orador le ha permitido encabezar, con brio, parte del rechazo a las políticas de austeridad y el grito de resistencia (otra parte yéndose a otro partido antisistema como el Frente Nacional). Aunque dinámica militante y dinámica electoral no van siempre de la mano, también ha conseguido crear una dinámica de base que nadie esperaba (100.000 personas por ejemplo en La Bastille en París, 50.000 en Toulouse, etc.), gracias a la utilización constante de referencias históricas a la revolución francesa, a sus figuras (a veces dudosas como las a Robespierre o Saint-Just, que fueron artífices del «Terror» revolucionario en 1793-1974), dando alas de nuevo a la tradición de izquierdas y comunista francesa, sin importar tampoco los apoyos controvertidos a la China frente a Tibet.

Sin embargo, la decepción también se entiende por otro lado: si sumamos los resultados de Mélenchon, Poutou y Arthaud (es decir de las tres izquierdas alternativas, comunistas y trotskistas) llegamos ni más ni menos que al mismo resultado acumulado de estas mismas izquierdas en 2002: en torno al 14%. Indica ante todo un trasvase de voto (tras el desplome del partido anticapitalista) de las fuerzas comunistas hacia el Frente de izquierdas, pero no un aumento de la base electoral del conjunto. Ahora bien, ¿podrá consolidar el Frente de Izquierdas mucho tiempo esta dinámica militante? En las últimas elecciones presidenciales, tenía este papel el muy mediático Olivier Besancenot, del Nuevo Partido Anticapitalista: hoy su partido con otro candidato ha superado con dificultad el 1%. En las últimas elecciones europeas y regionales (con fuerte dosis de proporcional, lo que condiciona también la forma de votar) era Europe Écologie la que iba muy por delante. Un poco como en las montañas rusas, es muy difícil —para todos los partidos verdes y de izquierdas— saber qué es flor de día y que es duradero.

5. Dicho todo esto, es muy probable que, el 6 de mayo, el próximo presidente francés sea el social-demócrata, y como no garante de la ideología del crecimiento, François Hollande. Tiene más reservas y trasvase de voto (Mélenchon y Joly ya pidieron el voto para el mientras que Le Pen y Bayrou seguramente no harán lo mismo en sentido contrario) y la ola anti-Sarkozy debería terminar de asentar esta nueva etapa. Por ejemplo según esta encuesta, los electores de Bayrou (centro) votarían 33% para Hollande, 32% hacia Sarkozy y abstención (35%) y los electores del Frente Nacional no votan tanto a Sarkozy como los del Frente de Izquierdas a Hollande. Los sondeos realizados después de los resultados de la primera vuelta dan Hollande 54%-Sarkozy 46% en la segunda vuelta.

Post-scriptum: puesto que he sido preguntado a menudo, un apunte sobre la apuesta ecológica del Frente de Izquierdas. Desde mi punto de vista, se tiene que evaluar en dos niveles diferentes: 1. desde la evolución personal de Mélenchon: parece sin duda sincera, ha dado pasos muy importantes en su discurso y pensamiento propio, lo que también significa que existe una evolución dentro de la propia militancia de su partido 2. colectiva dentro de la coalición izquierdista: aquí no se puede sacar ninguna conclusión concluyente. El Frente de Izquierdas es la suma principalmente de dos partidos, el Partido de izquierdas (de Mélenchon) y el Partido Comunista. Mientras que el primero tiene una evolución palpable sobre la ecología, el Partido comunista por su lado no ha evolucionado mucho y sigue siendo una organización productivista: sobre la energía nuclear el Partido de Izquierdas es antinuclear y el Partido Comunista es pro-nuclear, por lo cual el programa del Frente no zanja la cuestión y propone un referéndum…. Por otro lado, la campaña del Frente ha insistido bastante en la «planificación ecológica» para «unir lo rojo a lo verde». Sin embargo, como lo explica el economista verde Alain Lipietz, esta planificación —que, por cierto, no es un concepto de izquierdas y más bien arraigada en la tradición política francesa puesto que el Estado francés (sobre)utilizó la planifación estatal desde la segunda guerra mundial— es ante todo estadocéntrica en vez de proponer una  descentralización y relocalización de la economía a nivel local y, por otro lado, está lejos de concretar –a diferencia de Europe Écologie–, al no proponer ni cifras, ni plazos para llevar a cabo esta transición ecológica. Al mismo tiempo, espero que estas inflexiones reales hacia la ecología del Frente auguren posibles puntos de encuentro interesantes de cara al futuro.

(1) Actualización 28-04-12: según otro sondeo realizado con una muestra más amplia, el voto joven sería muy parecido al voto del conjunto de la población (mismos candidatos encabezando la clasificación, en el mismo orden, con resultados parecidos y solo con variaciones al margen para otros candidatos: mejores resultados para Eva Joly o Poutou, algo menos para Mélenchon y Bayrou).


7 thoughts on “Enseñanzas de las elecciones presidenciales en Francia”

  1. Tras haber conocido el perfil de Eva Joly puedo decir que no me sorprende en absoluto tan aciago resultado en las elecciones pues, sintiéndolo mucho, entiendo que una mujer con 68 años y a vueltas de todo no es la mejor persona para llamar al voto a un partido político cuyo votante potencial debe ser joven y con un verdadero perfil transgresor (entiéndase en el buen sentido).

    Un partido político que propone nuevas ideas, un nuevo modelo y unas nuevas formas jamás puede esperar tener éxito en unas elecciones presidenciales si su candidato no ofrece tal credibilidad, y sinceramente a mí no me la ha ofrecido Eva Joly ocurriendo lo mismo para muchos de los jóvenes franceses, tal y como sucedió con los jóvenes españoles, los cuales dieron la espalda al proyecto EQUO precisamente por eso, porque no sintieron esa empatía necesaria para poder confiar en un candidato.
    Para reafirmar mi argumentación solamente voy a poner un ejemplo muy gráfico: Alianza Rojiverde en Dinamarca, candidata con 26 años, resultados? Los esperados por un servidor, un rotundo éxito. ¿España y Francia? Dos sonoros fracasos por culpa del perfil de los candidatos y la organización interna de los partidos representativos. A ver si nos lo hacemos mirar…

    Por lo demás solo decir que mi análisis personal es totalmente contrario al realizado por la mayoría de analistas, ya que si en las circunstancias actuales, todos los partido realmente de izquierdas no han sido capaces de llegar al 15% de los votos, es como para hacérselo mirar y bien, hasta la extrema derecha los ha vapuleado. Ojalá y esa transformación social que proponen todos estos partidos llegue primero al seno de los mismos, en ese momento es cuando se comenzarán a ver los resultados.

    1. Hola Edén:
      Los resultados, ya sean buenos, regulares o malos, difícilmente se pueden achacar a un solo factor. En caso contrario, todxs hubieran puesto un/a candidato/a joven o de un cierto perfil determinado. Por ejemplo, en Francia el candidato que más interés ha levantado ha sido Mélenchon, un profesional de la política, de 60 años y ex-ministro con el Partido Socialista francés. A mundo complejo, explicaciones complejas.
      En cuanto al resultado de la izquierda a la izquierda del Partido Socialista, sí estoy de acuerdo, tal y como lo comento en el artículo no ha habido aumento de su peso, sino reagrupación del voto en torno al Frente de Izquierdas (de hecho, pasa algo similar con el Frente Nacional con los votos de extrema derecha).
      Saludos.

  2. Hola Florent. Gran análisis. Me interesa sobre todo, el tema de la ecologización (si se me permite) de los partidos de izquierda más tradicional. ¿Cómo ves ese tema en España? Yo he oído a Alberto Garzón, de IU, con claros mensajes no-productivistas, por ejemplo. ¿Es posible el entendimiento con EQUO y la suma de esfuerzos?

    1. Hola Ismael:
      La ecologización de los partidos de izquierdas tradicionales es una tarea pendiente. Por desgracia, en estos últimos 20 años en España, lo verde desde estos partidos no se ha trabajado tanto desde el punto de vista ideológico sino más bien estratégico de saber cómo atar de una forma u otra la «marca verde» para atraer al «electorado verde». Al revés, necesitamos hablar de ideas, de proyectos concretos, de cooperación y menos de competencia de espacio electoral -o de hegemonía- que al fin y al cabo es la reproducción del sistema depredador que nos rodea.
      Al mismo tiempo, sí que se nota en las nuevas generaciones y en los nuevos movimientos alternativos sobre todo, una inflexión y una integración constante de la dimensión ecológica. Por ejemplo, en los colectivos de base como los de decrecimiento o del 15-M, existe una confluencia real de personas con diferentes trayectorias políticas y vivenciales que permiten entrever este entendimiento y suma de esfuerzos que apuntas.
      Saludos.

  3. Es materia de refrexion en los conglomerados humanos del tema acusiante de la ecologia politica¿que sabe usted del trato que en materia ambiental estas presente en los politicos venezolanos.? La informacion aportada en su analisis es de una consideracion encomiable para aquellos que seguimos la evolucion de los procesos pilticos en el mundo.

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