A todos/s mis amigos/as franceses/as,
En la primera vuelta, voté por la renta básica, la transición ecológica y Europa. Mi opción no llegó a la segunda vuelta. Me duele, pero así es el juego electoral francés, que a pesar de luchar por cambiarlo profundamente, lo conozco y lo acepto.
Así que mientras tanto, nos toca elegir. Y para mí, está claro. Como nieto de inmigrantes polacos y corsos, como padre de hijas binacionales franco-españolas y por respeto a todas aquellas personas que ven en Francia y Europa una tierra de acogida y de derechos humanos, votaré por la democracia.
Así que sí, sin ambigüedad, votaré a Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las presidenciales. Compartiendo la visión de Varoufakis y de mis compañeros verdes franceses y europeos, esto no será de ninguna manera un voto de adhesión a su programa. No podría serlo, ya que su programa económico es muy probable que refuerce la desesperación de los perdedores de la globalización y su programa ecológico es una simple continuidad del de Hollande (que no es el peor de Europa, pero tampoco es suficiente). Al menos, en cuanto a Europa y sus interdependencias, le reconozco su voluntad y no me desagrada.
Pero en frente está el programa del odio y la xenofobia. Está el programa del repliegue sobre uno mismo y el rechazo al otro: al islam y a Europa, y mañana a cualquier otro chivo expiatorio frente al “francés de origen”. Están nuestros demonios nacionalistas del siglo XX. Está el autoritarismo y el cuestionamiento de las bases de nuestra convivencia y de la democracia misma, en Francia y en Europa. Para mi, no hay lugar a dudas.
Votar contra el fascismo significa votar a Emmanuel Macron. Es más, votar contra Marine Le Pen, y por lo tanto a Macron, es justamente mantener los medios para construir democráticamente una alternativa al propio Macron.
Eso sí, con las elecciones legislativas, una nueva ronda comenzará. Espero y llamo a las candidaturas de la social-ecología en toda Francia, capaces de tener una gran presencia e influencia en la Asamblea Nacional. Es al menos lo que estamos haciendo en la circunscripción España-Portugal-Mónaco-Andorra, donde apoyo a François Ralle Andreoli, candidato que reúne lo social, la ecología y Europa.
Mi elección entonces es clara: freno a Le Pen, voto democrático a Macron y construcción de una alternativa social-ecologista a partir del 8 de mayo.
¡Hasta el domingo!