El concepto verde del trabajo

La persistencia de una economía basada en el crecimiento ha provocado la crisis de las sociedades industriales que se sustentan en la producción de riqueza material y el trabajo pagado principalmente bajo forma asalariada. Las sociedades de hoy en día dependen cada vez menos de las restricciones físicas y temporales del ser humano: ordenadores, redes, procesos automáticos, etc. son ahora partes esenciales de las estructuras productivas. Además, lo inmaterial: el conocimiento, la creatividad o la imaginación juega ahora el papel principal en el proceso de creación de valor.

ImageComo consecuencia, el trabajo tradicionalmente llamado “productivo” se encuentra inmerso en un proceso de devaluación que lleva cada vez a más trabajos precarios, poco estables y mal pagados. Al mismo tiempo, la ausencia de un sueldo y de un trabajo casi siempre desemboca en un proceso de exclusión social. Los mecanismos de protección así como la estructura social se basan en la vuelta, tarde o temprano, de los individuos al mal llamado “mercado laboral”, forzándoles a trabajar sin que importen las condiciones sociales y ecológicas, en un círculo vicioso dominado por la idea equivocada del “pleno empleo”.

Sin embargo, la construcción de una verdadera sociedad ecológica del bienestar requiere que se reconozca que la riqueza no sólo se basa en el intercambio de dinero, la riqueza material y el “trabajo productivo” tradicional. Actividades culturales, políticas, familiares, artísticas, asociativas, voluntarias, etc. también son fuentes de riqueza y formas de trabajo que contienen valor. Por tanto, el concepto de “plena actividad” tiene que sustituirse al de “pleno empleo” y convertirse en el horizonte de las sociedades verdes cognitivas.

En este marco, es prioritario reorientar y reducir la producción, promover nuevas formas de relaciones sociales y de comercio basadas en la solidaridad y la cooperación. Sistemas de intercambios locales, trueques, cooperativas verdes y monedas locales son algunos ejemplos de una economía social y ecológica hacia una transformación verde de la sociedad. También es necesario redefinir el concepto de riqueza y bienestar con el fin de incluir valores sociales y ecológicos: la reforma de indicadores como el PIB y la instauración de una Renta Básica universal e incondicional son pasos necesarios en esta dirección.

Florent Marcellesi y Héctor Sanjuán Redondo.

Publicado en inglés en el Ecosprinter de la FYEG, la revista de la Federación de Jóvenes Verdes europeos

Nota: sobre la redefinición del concepto de trabajo, recomendamos la lectura de Hannah Arendt, André Gorz o Dominique Méda.


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